octubre 18, 2019

COSECHA


Las mujeres de la casa
desenvainan el frijol
que ha nacido al pie de los elotes
que se convertirán en atol.
Los animales acompañan
con una gran devoción
y celebran a la tierra
que nos ha dado
sus frutos de amor.
El labriego que es el dueño
de las tardes con color,
vendrá ya caminando
pensando en las delicias
que se guisan en su fogón.
Agradecidos todos con la tierra,
las cosechas, el agua y el sol,
se disfruta en esta casa
una rica sopita de frijol. 




©2019. Mayela Bou.

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