septiembre 30, 2008

LEYENDA DE LOS INDIOS SIOUX




Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux, que una vez llegaron hasta la tienda del viejo brujo de la tribu, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Azul, la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu.

- Nos amamos -empezó el joven.
- Y nos vamos a casar -dijo ella.
- Y nos queremos tanto que tenemos miedo.
Queremos un hechizo, un conjuro, o un talismán; algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos, que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar la muerte.
- Por favor -repitieron-¿hay algo que podamos hacer?
El viejo los miró y se emocionó al verlos tan jóvenes, tan enamorados y tan anhelantes esperando su palabra.
- Hay algo - dijo el viejo- pero no sé, es una tarea muy difícil y sacrificada.
- Nube Azul -dijo el brujo- ¿ves el monte al norte de nuestra aldea? Deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos. Deberás cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte. Si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de luna llena. ¿Comprendiste?
- Y tú, Toro Bravo -siguió el brujo- deberás escalar la montaña del Trueno. Cuando llegues a la cima, encontrarás la más brava de todas las águilas, y solamente con tus manos y una red, deberás atraparla sin heridas y traerla ante mí, viva…el mismo día en que vendrá Nube Azul ¡Salgan ahora!
Los jóvenes se abrazaron con ternura y luego partieron a cumplir la misión encomendada, ella hacia el norte y él hacia el sur.

El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con las bolsas que contenían las aves solicitadas. El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas, eran verdaderamente hermosos ejemplares.
- Y ahora qué haremos -preguntó el joven- ¿los mataremos y beberemos el honor de su sangre?
- No - dijo el viejo.
- ¿Los cocinaremos y comeremos el valor en su carne? -propuso la joven.
- No -repitió el viejo- Harán lo que les digo: tomen las aves y atenlas entre sí por las patas con estas tiras de cuero. Cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres.

El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros. El águila y el halcón intentaron levantar vuelo pero sólo consiguieron revolcarse por el piso. Unos minutos después, irritadas por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre sí hasta lastimarse.

-Este es el conjuro.
Jamás olviden lo que han visto. Son ustedes como un águila y un halcón, si se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose sino que además, tarde o temprano, empezarán a lastimarse el uno al otro.
Si quieren que el amor entre ustedes perdure:

¡VUELEN JUNTOS, PERO JAMÁS ATADOS!

septiembre 26, 2008

INVIERNO CELESTE

Sì las lágrimas de los que te amamos
limpian el sendero por el cual ahora caminas,
déjanos llorar, para que siempre camines
por sendas de paz y tranquilidad.

Sì las lágrimas de los que te amamos
Iluminan las huellas que te deben de guiar
déjanos llorar para que te marquen el sendero a la eternidad.

Si las lágrimas de los que te amamos
refrescan tu vuelo…
déjanos llorar ave viajera…
Invierno celeste, dulce recuerdo de este triste corazón.





"LA MUERTE ES EL DESPERTAR DEL SUEÑO DE LA VIDA"

septiembre 20, 2008

SI YO PUDIERA






Si yo pudiera escribir todo esto que siento,
ordenaría mis letras y mis sentimientos,
escribiría poemas
y versos de amor,
o quizás simplemente
te diría “Te Amo” en la estrofa
de una canción.

Si yo pudiera sobre un lienzo pintar,
ordenaría mi tierra, mi cielo,
mi fuego y el mar.
Buscaría colores
en los cuatro elementos,
que pudieran plasmar,
el brillo de tus ojos,
la calidez de tu sonrisa,
la fuerza de tus pasos al caminar.

Si yo pudiera dar forma al amor,
le pediría a mis manos
qué de ellas naciera,
una escultura capaz
de hacer vibrar,
a la misma piedra
que se dejo moldear.


Si yo pudiera tenerte a mi lado
pondría en tus manos…
Pluma, pincel y escoplo,
entonces tú sabrías,
cuanto Te Amo.


BARISTA

feb. 11 2007



septiembre 16, 2008

¡¡MIS REGALOS DE CUMPLEAÑOS, UNA COSECHA DE AMOR!!


Llegar a mis primeros 42 años ha sido verdaderamente especial, caminar este trayecto de vida me llena de orgullo, de satisfacciones, de felicidad, estoy feliz con todo lo que en el camino he encontrado, y con lo que he dejado, pero sobre todo con todas las flores que he cultivado paso a paso y que alegran mi vida de una manera especial, esas flores son mi gente que me ama y que amo yo también.
Gracias por todos los detalles, canciones que me hicieron sentir única, inmensa, especial, fotos que describen historias mágicas, jarroncitos de reconciliación, pastel, almuerzos con mis hijos y mi esposo, cenas divertidas con mis amigas del alma, poemas con tanto amor en sus blogs http://trubio.blogspot.com/2008/09/la-vida-par-ti-mayela.html
desfiles, pólvora, http://intodaysagenda.blogspot.com/2008/09/blog-post.html
paseos, reuniones de amigas de infancia, correos, mensajitos en el movil, tarjetas virtuales, comentarios de felicitaciones en mi blog y en el de mi hermana, gracias por todos estos detalles de cumpleaños, regalos llenos de amistad y de tanto amor.


Quiero compartirles el regalo mas hermoso que mi hermana mayor me ha dado en años, sin duda si yo estuviera en sus zapatos me haría grande, y me convertiría en un gran ser humano!
Gracias hermanita, desde el día que la vida nos puso una frente a la otra siendo vos una niña y yo una bebe, nuestros corazones caminan juntos y caminaran de esa forma para amarnos siempre al lado de nuestro hermanos!


Querida Mayita,
En este día de tu cumpleaños deseo compartir con vos el poema de E.E. Cummings que Cameron Díaz le recita a su hermana, en la película "En Sus Zapatos" ("In Her Shoes") Me fascina el poema y siento que es muy especial para compartirlo con mis hermanas.


TU CORAZON
Por: E.E. Cummings

Llevo tu corazón conmigo,

(lo llevo en mi corazón)
nunca estoy sin él

(allá donde voy, vas tu querida,
y todo aquello hecho solo por mi lo haces tú, cariño,)

no temo al destino,

(porqué tu eres mi destino, dulzura)

no quiero ningún mundo

(pues hermosa, tu eres mi mundo, mi verdad)

y tú eres lo que la luna siempre ha significado
y lo que un sol siempre cante, eso eres tu

he aquí el mas profundo secreto que nadie conoce

(he aquí la raíz de la raíz y el brote del brote y el cielo del cielo
de un árbol llamado vida;
que crece más de lo que el alma puede esperar o la mente ocultar)

esta es la maravilla que mantiene
las estrellas separadas
Llevo tu corazón…

(lo llevo en mi corazón)

GRACIAS HERMA! TE AMO!

Y QUE VIVAN LOS BLOGS!!

septiembre 10, 2008

CAMINANDO CON EL AMOR Y EL ODIO





Caminó hacia el bosque... buscando la casa de su maestro,
suspiró cuando estuvo frente a ella, le invadió un frío... hasta ese momento desconocido, llenó de valor el puño de su mano derecha y con fuerza lo levanto, para tocar la puerta, pero ésta fue abierta en el mismo instante por su maestro.

Ella, con la mira avergonzada le dijo:

_ Maestro, ¿puedes hablarme del Odio?

Su rostro se sonrojo, la vergüenza la dominaba pero se mantuvo atenta a las palabras que él con tanto amor le dijera.

_El Odio y el Amor están divididos por un puente, entre ellos un abismo sin final.
Mucho se ha dicho de un paso entre el Amor y el Odio, pero yo te digo con certeza que hay algo más que eso.
El Odio como el Amor, es un sentimiento, que nace en el corazón e irónicamente muchas veces nace del mismo Amor, no sabemos en que momento el sentimiento cambia, cruza el puente y llega al Odio, pasando por el abismo, sin darse cuenta, qué en él pierde su fuerza, en la oscuridad sin final.

_Maestro, ¿Puede alguien cruzar el puente y regresar al Amor nuevamente? ¿Vivir la experiencia pero no ser parte de ella?

El maestro vio fijamente los ojos de la niña, pudo leer en ellos una confusión de amor, tomo su mano con ternura y dijo:

_Escucha esta historia, pon atención y guárdala para siempre en tu corazón:

Sobre la carretera que conducía al pueblito de la Razón caminaban dos personas, no habían cruzado palabra alguna en todo el trayecto, ambas se veían cansadas por el sol, el tiempo y las inclemencias del clima.
Llegaron a una fuente que tenía muy poca agua, se quisieron refrescar, una de ellas corrió y pudo ver en efecto que el agua era muy poca, de un sorbo la tomó y dijo a su compañero de viaje:

_Lamento que no alcanzara el agua para ti.

Su compañero de manera serena le dijo:

_Ahora que tú has tomado agua, puedes adelantarte al pueblo y pedir ayuda para mí, creo que yo ya no podré dar un paso más.

Se sentó al borde de la fuente y se durmió.

Cuando el compañero llegó al pueblo la gente lo rechazó al
conocer su nombre, y por más que el Odio quiso decirles que en la fuente estaba muriendo el Amor, nadie lo quiso escuchar.
El Amor murió a unos pasos de llegar a la Razón, no hubo quien le diera un sorbo de agua, quien le tendiera una mano en apoyo, quien escuchara su lamento de muerte, pues todos estaban escandalizados con el Odio dentro de su pueblo.

Cansados en el pueblo de la razón de tanto esperar al Amor, no se dieron cuenta que el Odio se instalo y se quedo para siempre viviendo y sintiendo lastima de como los demás sentimientos dejaron morir al Amor.

La niña, pensativa vio a su maestro directo a los ojos
y pregunto:

_ ¿Sugieres que escuche al Odio?

_Escúchalo, serena mente, suave y con atención, porque el sabrá auxiliar al Amor que hoy muere en la fuente de tu corazón, quizás te pida ayuda y tú se la puedas dar.
El Odio, es el resultado de un Amor abandonado, nace del tiempo marchito, de las cenizas de un amor terminado, de las palabras nunca pronunciadas.
Pero dentro de su misma existencia vive lo que un día fue motivo de alegrías en tu corazón, lo que un día fue sonrisas, ilusiones y palabras llenas de emoción, entonces pues, escucha en que lugar espera el Amor para ser rescatado con un sorbo de agua que nace de la fuente del perdón.

La niña vio a su maestro con una mirada sin igual, éste supo que en ese pueblo no había llegado aun el odio, el maestro le abrazo y le dijo:

_No permitas que tu fuente del perdón, su agua vaya a secar, pues cada día pueden llegar juntos el Odio y el Amor, y ambos beberán de tu fuente, con la única diferencia de que el Amor se unirá en un solo caudal con tu fuente y el Odio en ella se ahogara.


Caminó por el bosque, pensativa... llena de la sabiduría de su maestro.
Fijó la mirada en su luna azul y suspiro…
La luna, le vio con ojos de amor, satisfecha al saber que en ese corazón aun no llega el Odio y prevalece el Amor.

Ambas caminaron buscando un crepúsculo de colores otoñales, sencillamente mágico, y justo en el instante del primer rayo de sol, desaparecen el bosque, su maestro, y la fantasía…
Pero en las noches de magia sideral, una vez más, la niña y la luna esperaran el instante en que: Bosque, Maestro y Fantasía vuelvan a llegar...


Barista
Abril, 30 2008

septiembre 08, 2008

MUSICA EN FRANCES

La radio en mi país, solo programa música en español o en ingles, es por esa razón que me he hecho un poco adicta a you tube, aquí encuentro de todo.
Existen tantos buenos artistas y tanta buena música en otros idiomas, pero la radio es muy comercial, y poco sabemos de ellos, una razón mas para amar el Internet!!
Hace algunos días un amigo me regalo jazz en italiano y japonés, que delicia de música,
en agradecimiento por su maravilloso regalo aquí le dejo unas canciones muy lindas en francés, y le doy la bienvenida a mis madrugadas de cafecito y buena música!
Gracias!


JE T'AIME - LARA FABIAN LIVE " NUE -2002 "



Francis Cabrel - Je t'aimais, je t'aime, je t'aimerai




Lara Fabian - Pour que tu m'aimes encore (Live)


septiembre 02, 2008

NECESITABA UN ABRAZO

UN ABRAZO CON MIS LETRAS PARA TODOS LOS QUE ME LEEN!!






Mi hermano mayor me mando un correo con esta historia, me ha gustado mucho, y hoy se las quiero compartir.

NECESITABA UN ABRAZO

Hace veinte años, yo manejaba un taxi para vivir. Lo hacía en el turno de la noche y mi taxi se convirtió en un confesionario móvil. Los pasajeros se subían, se sentaban atrás de mí en total anonimato, y me contaban acerca de sus vidas. Encontré personas cuyas vidas me asombraban, me ennoblecían, me hacían reír y me deprimían. Pero ninguna me conmovió tanto como la mujer que recogí en una noche de agosto.

Respondí a una llamada de unos pequeños edificios en una tranquila parte de la ciudad. Asumí que recogería a algunos saliendo de una fiesta o a un trabajador que tenía que llegar temprano a una fábrica de la zona industrial de la ciudad.

Cuando llegué a las 2:30 am el edificio estaba oscuro excepto por una luz en la ventana del primer piso. Aunque la situación se veía peligrosa, yo siempre iba hacia la puerta. Este pasajero debe ser alguien que necesita de mi ayuda, razoné para mí. Por lo tanto caminé hacia la puerta y toqué... "un minuto" respondió una voz frágil. Pude escuchar que algo era arrastrado a través del piso. Después de una larga pausa, la puerta se abrió.

Una mujer pequeña de unos ochenta años se paró enfrente de mí. Llevaba puesto un vestido floreado, y un sombrero con un velo, como alguien de una película de los años 40"s. A su lado una pequeña maleta de nylon. El departamento se veía como si nadie hubiera vivido ahí durante muchos años. Todos los muebles estaban cubiertos con sábanas, no había relojes en las paredes, ninguna baratija o utensilio. En la esquina estaba una caja de cartón llena de fotos y una vajilla de cristal.

La señora repetía su agradecimiento por mi gentileza.

- No es nada, -le dije-. Yo sólo intento tratar a mis pasajeros de la forma que me gustaría que mi mamá fuera tratada.
- No, estoy segura de que es un buen hijo, -dijo ella-.

Cuando llegamos al taxi me dio una dirección, entonces preguntó:

- ¿Podría manejar a través del centro?
- Ese no es el camino corto, -le respondí rápidamente-.
- No importa, -dijo ella-. No tengo prisa, estoy camino del asilo.

La miré por el espejo retrovisor, sus ojos estaban llorosos.

- No tengo familia, -continuó-, el doctor dice que no me queda mucho tiempo de vida.

Tranquilamente estiré mi brazo y apagué el taxímetro.

- ¿Qué ruta le gustaría que tomará? -le pregunté-.

Por las siguientes dos horas manejé a través de la ciudad. Ella me enseñó el edificio donde había trabajado como operadora de elevadores. Manejé hacia el vecindario donde ella y su esposo habían vivido cuando ellos eran recién casados. Ella me pidió que nos detuviéramos enfrente de un almacén de muebles donde una vez hubo un salón de baile, al que ella iba a bailar cuando era joven. Otras veces me pidió que pasara lentamente enfrente de un edificio en particular o una esquina; miraba en la oscuridad, y no decía nada. Con el primer rayo de sol apareciéndose en el horizonte, ella repentinamente dijo:

- Estoy cansada, vámonos ahora.

Manejé en silencio hacia la dirección que ella me había dado. Era un edificio bajo, como una pequeña casa de convalecencia, con un camino para autos que pasaba bajo un pórtico. Dos asistentes vinieron hacia el taxi tan pronto como pudieron. Ellos debían haber estado esperándola. Yo abrí la cajuela y dejé la pequeña maleta en la puerta. La mujer estaba lista para sentarse en una silla de ruedas.

- ¿Cuánto le debo?, -preguntó ella-, buscando en su bolsa.
- Nada, -le dije-.
- Tienes que vivir de algo, -respondió-.
- Habrá otros pasajeros, -le respondí-.

Casi sin pensarlo, me agaché y la abracé. Ella me sostuvo con fuerza, y dijo:

- ¡Oh, necesitaba un abrazo!

Apreté su mano, entonces caminé hacia la luz de la mañana. Atrás de mí una puerta se cerró, fue un sonido de una vida concluida. No recogí a ningún pasajero en ese turno, manejé sin rumbo por el resto del día. No podía hablar, ¿Qué habría pasado si a la mujer la hubiese recogido un conductor malhumorado o alguno que estuviera impaciente por terminar su turno? ¿Qué habría pasado si me hubiera rehusado a tomar la llamada, o hubiera tocado el claxon una vez, y me hubiera ido?

En una vista rápida, no creo que haya hecho algo más importante en mi vida. Estamos condicionados a pensar que nuestras vidas están llenas de grandes momentos, pero los grandes momentos son los que nos atrapan bellamente desprevenidos, en los que otras personas pensarán que sólo son pequeños momentos.

Las personas tal vez no recuerden exactamente lo que tú hiciste o lo que tú dijiste... pero siempre recordarán cómo los hiciste sentir.

Autor Desconocido



En este mundo tan ajetreado en que vivimos, casi nunca ponemos atención a esos pequeños detalles que nos engrandecen como seres humanos, hay tanta gente necesitada de amor, de cariño, de tiempo, de palabras, de caricias y nosotros podemos hacer la diferencia en esa vidas solitarias.



Dice un adagio:
El que alguien toque mi vida es un privilegio.
Tocar la vida de alguien es un honor.
Pero, el ayudar a que otros toquen sus propias vidas,
es un placer indescriptible.