septiembre 27, 2016

El gigante de Cayalá





Amanecer: El gigante de Cayalá es una escultura de 18 mts de largo y 3 mts de alto, tallada de 25 metros cúbicos de mármol beige, realizada por el escultor Walter Peter Brenner. Representa a un hombre que está saliendo de la tierra y sujeta una llave de bronce en la mano derecha.




Historia

Esta escultura es una alegoría de la búsqueda de la felicidad. Se basa en una historia escrita por el propio escultor, que se desarrolla en Cayalá. En ella se narra cómo una niña salva un libro y un pergamino y, después de muchos años, sus nietos descifran la forma de despertar al gigante, que surge de la tierra para entregarles la llave de la felicidad. Este evento sucede después de que los niños practicaron las virtudes de:
justicia, templanza, fortaleza y tolerancia.
Esta obra se complementa con Curiosidad, fuente de las virtudes, un conjunto escultórico de 3 niños fundidos en bronce a la cera perdida colocados sobre la "roca encantada", un basalto volcánico cristalizado. El monumento completo tiene una dimensión de 3 m de diámetro y 1.5 m de alto. Tiene agua con peces vivos de colores a su alrededor. La fuente y el gigante están ubicados uno frente al otro.
La realización de la escultura tomó 3 años y dos meses y para ella se utilizaron 75 toneladas de mármol.

septiembre 15, 2016

KILÓMETRO 50







KILÓMETRO 50


Este es el día en el que llego a mi kilómetro 50, el inicio de una nueva década en mi existencia. Los años suficientes para sentirme realizada y feliz. Llego aferrada a mi única verdad, a la tranquilidad y al enorme deseo de continuar muchos años hacia adelante.
Al despedirme de mis 40´s he visto todos aquellos kilómetros recorridos por los que nunca volveré a pasar. Ahora con toda seguridad muestro las cicatrices del cuerpo y las del alma, porque ellas son la memoria de batallas ganadas y pérdidas, son las que me indican el futuro, las que trazan mis trayectos y proyectos, las que me recuerdan que a pesar de todo no debo perder la fe, la esperanza y la felicidad.  Y a quienes llamo mis experiencias.
Llego a mi kilómetro 50 llena de versos y pasiones, con el aroma del sándalo en mis manos, llena de música, fiestas y sangre valerosa, de convicciones conquistadas, y mágicos amores. Soy una mujer que ama la sencillez de lo cotidiano, las lluvias de septiembre, las lunas y estrellas de diciembre, los amigos que nutren mi corazón.
Soy una mujer ahora capaz de abrazar a su niña, sin miedo a reproches, ella y yo ahora en perfecta comunión de complicidad y ternura. Soy la mujer amante de interminables noches de lectura, de carcajadas libres, de palabras sueltas, de abrazos apretaditos y copas de vino. Y por supuesto amante de la buena cocina.
Saludo con ilusión esta nueva década de vida que hoy comienza, busco mi centro y hago una reverencia a los años que se fueron. Pido al universo me permita acabar lo inacabado, llegar al lugar deseado, nunca más abrir las puertas de lo antes cerrado, caminar de la mano con mis sueños, disfrutar cada minuto con mis seres amados, y tener la valentía de tomar la vida cada día. Pido al destino me ayude a darle al mundo lo mejor de mí.
Enaltezco y honro con mi primer libro a mi madre la mujer que me dio la vida, mi fiel compañera por estos cincuenta años. A mis musas, pido me revelen mágicas letras y guarden sus secretos en mi pluma, que sean ellas quienes me dejen respirar el aroma de las flores etéreas, saborear la alegría de la juventud eterna, y poseer un halo de misterio en el arte para poder ver con los ojos del alma.
Pido al universo muchos años más, y recorrerlos de manera consciente, prometo cuidarlos con alegrías, flores, sueños, tertulias, copas de vino, trabajo y amigos, familia y amor del bueno.
Prometo vivir un día a la vez.


¡BIENVENIDO SEAS KILÓMETRO 50!