agosto 25, 2012

“Comunicación- Conexión”.



Nunca los seres humanos estuvieron tan conectados entre sí como en estos tiempos de internet.
Sin embargo la soledad mora en las almas de sus usuarios, ya que la comunicación es confundida con la conexión.
La llamada era tecnología que nos ha venido a revolucionar y a modificar la verdadera comunicación humana a penas inicia, y ya sus estragos se sienten fuertemente.

Creo que todos hemos estado en reuniones adonde la mitad de los asistentes, si no es qué más, están chateando, respondiendo llamadas, correos, buscando información en internet o simplemente revisando sus redes sociales, es triste la incomunicación que se genera aun estando físicamente juntos.

Los vínculos humanos cada vez más pobres, las personas más superficiales,  personalidades inestables, sentimientos inexistentes y hasta aislamiento. Todo esto agravando esa confusión “Comunicación- Conexión”.

Desde hace muchos años soy parte de Internet, de la telefonía celular, mp3, plasmas, Tablet y todo tipo de artefacto que nos aleja de la verdadera comunicación, y tengo la necesidad de controlar los efectos que produce la tecnología en mi cotidiano para no perder el rumbo del verdadero contacto entre los seres humanos.

Hace un par de meses viajaba en el subterráneo de la ciudad de Chicago y pude observar que más de la mitad de los que íbamos en el tren estaban conectados a la tecnología; algunos otros que eran la minoría llevaban libros reales, no virtuales, eso sí,  todos con los rostros agachados, perdidos en ese universo letal, adonde el existencialismo provoca una angustia, si pensamos en que  la existencia es equiparable a la realidad, lo que está "Ex" de la cosa que es.

Desde hace algún tiempo vengo considerando la necesidad de establecer reglas internas, en mi propia sociedad virtual, debido a que cada vez conozco más gente o me reencuentro con algunos que ya conocía y nos limitamos a una relación fría y tecnológica, es increíble las mil formas que hay de demostrar los sentimientos de manera cómoda y practica y que lo único que hace es fomentar la soledad virtual.
Un ejemplo fácil, cuando nuestro amigos, a lo que ahora llamamos “contactos”, cumple años le llenamos su bandeja de correos, su fb, o su celular de mensajes de felicitación, podríamos tomar el tiempo de escribir de nuestro puño y letra una felicitación y hacerla llegar a las manos del cumpleañero, o simplemente tomar el teléfono y decirle cuales son nuestros deseos, nuestro sentimientos, pero que nos escuche. Maravilloso fuera que pudiésemos abrazarles, si podemos por favor no dejemos de hacerlo, y si nuestros amigos están al otro lado del mundo, hágales llegar sus sentimientos escritos con su letra, que viaje en ese papel su verdadera esencia, y que el regalo sean los minutos que le dedicó a la persona que ama.

Primera regla: darle al internet su condición de  herramienta con un solo propósito, conectar, no comunicar.

Segunda regla: Llevar a verdadera comunicación todo contacto virtual, de tal forma que si he de expresar mis sentimientos sea de manera humana y no de la manera ya  establecida  por un servidor.

Tercera regla: que todo lo que escribamos para internet sea para transformar nuestros vínculos y ayudar a educar, en  valores, derechos, virtudes, creencias,  ayudar a otras vidas a que encuentren sentido y así  trasciendan a un mejor estado de ánimo, sabiéndose importantes para los demás no por un like, si no por su verdadero valor.
Seguramente con el tiempo iré estableciendo nuevas reglas de tal manera que la conexión no me aleja de la comunicación.

Cada día me sorprende más este universo cibernético, me ha regalado amistades maravillosas, me enseñó que la distancia no es perceptiva cuando realmente se ama, puso al mundo en la palma de mis manos, me regala sin reserva alguna, una fuente inagotable de conocimientos, me trae compañer@s de café a la media noche, sin duda una herramienta magnifica, pero debemos usarla respetando nuestros verdaderos valores y dejando de estar al servicio de la tecnología.

INCREÍBLE NO?



Buen café para esta madrugada de lluvia.







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