Cuando su mundo se derrumbe, recuerde que tiene el mío.
Quizás yo no tenga lo suficiente para ofrecerle, pues le
recuerdo que no hace mucho pasé una hecatombe. Si usted me dice que vendrá yo
limpio los escombros, y prepararé con delicado amor un pedacito adonde podamos
compartir lo poco que nos ha quedado. Le ofrezco mis cuatro estaciones, inviernos
afanosos y etéreos, y aunque llueva mucho, ninguna tormenta nos estremecerá.
Aun quedan incontables abrazos por gastar. Le ofrezco una primavera llena de
alegrías, llenar sus ojos de colores tiernos, regalarle el bálsamo de los
campos en flor y cielos llenitos de estrellas. Nostalgias de otoño llevo muchas
ya guardadas, pero si usted me ayuda las podemos desempolvar y quizás dejar que
el viento se las lleve convertidas en mariposas, déjeme que le muestre cómo
ésta estación se aferro a mi corazón. Voy abrir las ventanas y a correr las
cortinas para que nuestros veranos sean mágicos e interminables, colmaré este
espacio de días largos para que nunca nos falte tiempo de tomarnos de la mano.
Tengo una luna para usted, ¿sabe? por ahí dicen que soy
mágica, tendremos noches en las que se la voy a desaparecer, pero le dejaré el
cielo y sus estrellas. Le doy mi palabra que no habrá ni un día sin sol, aun
cuando las nubes lo escondan, él estará ahí y yo estaré con usted
para recordar le su calidez. Me quedan letras aun, puedo ofrecerle mis versos, y
la fantasía de escribirlos sobre su cuerpo. Y como regalo secreto, prometo llevarle a la orilla del
mar y ahí fundirnos en un largo beso de amor que le haga sentir que vale la
pena entrar en este mundo. Mientras
ordeno para usted, por favor siéntese alrededor de mi fogata, preparare la luna y mi acto de magia, hoy
le regalare una noche que ni usted ni yo podremos
olvidar...
Cuando su mundo se derrumbe, recuerde que tiene el mío.
© 2015. Mayela Bou
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