febrero 13, 2008

AMIGOS PARA LA HISTORIA...

A través de los años han existido grandes amistades, tales como Don Quijote y Sancho panza, Hellen Keller y Anne Sullivan, Jesús de Nazareth y Lázaro y muchos otros que a lo largo de los años han escrito su propia historia…

Con toda certeza puedo decir que mis amigos han escrito la historia de mi vida, son ellos quienes me han acompañado a lo largo de este trayecto que llamamos vida.
El recuerdo mas viejo que tengo es de mis mejores amigos de infancia, Carlos, Graciela y Fabio, teníamos los mayores 5 años y la mas chiquita debió haber tenido 3, eran los años suficientes para ser capaces de inventar un mundo de fantasía, un universo sin limites, una amistad para toda la vida.
Si escribiera todas nuestras aventuras tendría que dedicar un blog solo para ello, y cada vez que estuviera frente a mi computadora escribiendo estas historias sonreiría de emoción, lloraría de gratitud para con la vida, y experimentaría las mismas emociones que hace 37 años.

Después vienen los recuerdos de las amigas del colegio,
como olvidar las caras asustadas al enfrentarnos solas a lo desconocido, aquellas con las que compartimos los panes de las loncheras, las escapadas del colegio, los fracasos de los deportes, las copias de los exámenes.
Las amigas y compañeras de muchos años de estudio, con las que experimentamos la llegada de la adolescencia, el primer corazón roto, los cambios de nuestros cuerpos, las contradicciones de la vida, compartimos el primero logro alcanzado.


Cuando llegan los amigos de la Universidad somos más cautelosos en entregar nuestros sentimientos pero aun así encontramos compañeros de batalla, dispuestos a luchar hasta el final.

Y como no recordar a los amigos que se nos adelantan en el gran viaje de la vida, los que se fueron dejando las líneas de su historia escritas con tinta indeleble en nuestros corazones.

Para cuando el escenario de la vida es inmenso y nos llama a participar como profesionales, como esposas, como madres…
Entonces los amigos, los de siempre están presentes, para compartir nuestro trabajo, nuestros hijos, nuestros logros materiales y lo mejor de todo están lado a lado en nuestro crecimiento espiritual.

En la medida que vamos caminando sobre los trayectos que el tiempo nos traza, encontramos compañeros, cheros, conocidos, camaradas, pero los amigos de infancia no pueden ser sustituidos nunca aun cuando se encuentren lejos.


Con los años mis amigos y yo hemos escrito nuestras historias
y hoy con el corazón en la mano puedo decir que he vivido una historia feliz y que he encontrado a los mejores amigos del mundo…

Para ellos todo mi amor, no solo ahora… siempre!
Deseo que los 365 días del año estén tan llenos de amor como éste 14 de febrero.


Mis amigos han hecho la historia de mi vida. De mil maneras mudaron mis limitaciones en privilegios maravillosos y me permitieron caminar sereno entre las sombras
( Kleber Aranda)


2 comentarios:

  1. Que hermoso!
    Realmente que tus amigos de infancia fueron mas que amigos, fueron compinches!
    Saludos a Fabio, Carlos y Chelita!

    ResponderEliminar
  2. Hola! Carlos reportándose :) Así es: las amistades que nacen en la infancia tienen una magia insustituible... La de volvernos niños nuevamente cada vez que nos comunicamos, algo que no sucede con nadie más... somos compinches como Yansidara bien dice, y para toda la vida... Y eso sí, desarrollamos UNA IMAGINACION bárbara.... cualquier lugar o situación era suficiente para crear una gran aventura... o iniciar otro gran despelote (depende del observador, especialmente nuestros tatas). Y a esa edad éramos como de acero o un material similar, porque hacíamos cosas que ahora ni a patadas yo me atrevería a hacer, como subirnos a un muro que tenía una caída como de 8 metros sin ningún temor, o en mi caso agarrar la bici de la Maye y estrellarla a toda velocidad en el fondo del pasaje bajando por una cuesta (ya que aún yo no sabía usar los frenos). O ser atacados furiosamente de regreso por las abejas luego de haber apedreado el panal del pasaje...

    Buenos tiempos que permanecerán por siempre en el corazón... y mantendrán bien aceitada nuestra capacidad de volvernos niños en cualquier momento...

    ResponderEliminar