De lunes a viernes el maldito despertador anuncia la llegada del sol y con él la hora de levantarse, es como si fuese un enemigo macabro que viene a explotar nuestros oídos.
Le place ver que deja nuestros nervios en punta de lanza, se burla anunciando que hay que abandonar la suave, calentita y abrasadora cama, casi puedo verlo reírse de mi, cuando tengo que abandonar a mi colchita.
Estoy casi segura que todos los seres humanos que laboramos y que tenemos un horario que cumplir poseemos en nuestra mesa de noche un enemigo de esos, al que cada mañana quisiéramos golpear con un martillo y acabar definitivamente con el.
He visto enemigos de todas formas y colores, estilos insólitos, con sonidos increíbles, desde gritos hasta maullidos, versos y canciones.
Lo bueno de este enemigo, es que no siempre gana con su malévolo trabajo, para eso me ayuda el fin de semana y es entonces cuando gano la batalla, le miro con satisfacción y lo mando a callar.
Pero como si la venganza fuese una dulzura, aparecen una cantidad de ruidos externos que no entiendo por qué diablos salen.
El vecino de enfrente con la podadora en un domingo a las 6 de la mañana, los vecinos de a la par de mi casa, salen a jugar con su pelota de fútbol y golpean el portón, gritando goool como si estuvieran en el maracaná, el desgraciado coche que vende pescado viene a las 6:30 a.m. ofreciendo camarones fresco, pescado boca colorada, mejillones… pero por Dios! no entiendo son las 6 de la mañana de un domingo!!
Y lo que es peor en una maceta colgante de mi jardín frente a la ventana de mi cuarto, una paloma canta, cucu… maldito cucu…ya quisiera alcanzar el martillo y matarla! Si hasta la conciencia ecológica pierdo en un domingo de ruidos.
Pero como siempre lo he dicho nadie se resiste al amor, éste domingo a las 6 de la mañana ha sonado mi teléfono móvil, mas dormida que despierta alcancé a ver que era una llamada internacional, entre su móvil y el mío miles de kilómetros de distancia, era una amiga que tiene un acento muy bonito, entre español y argentino, distorsionado quizás por un par de copas, llamaba para despertar a su marmotilla y decirle que le quiere, jajajajajaja! cómo enojarse? ya quisiera yo que de lunes a viernes me despertaran de esa manera tan cariñosa y sincera.
Si hasta el canto de la paloma era bonito ese domingo, salí a comprar camarones, salude al vecino que cortaba el césped y le sonreí a los vecinos futboleros, cosa que creo que el próximo domingo no volverá a suceder.
Esas llamadas inesperadas, son tan gratificantes, llenas de luz y colores que iluminan el camino que dos personas pueden recorrer en una compañía grata, sincera y honesta.
La semana inició, vuelvo a ver a mi enemigo con desprecio, con ganas de martillarlo, pero como aún siento la dulzura de ese “te quiero” sorpresivo le dejo vivir, le he cambiado a mi despertador la canción de la bomba y le he puesto música de Noa, una canción tranquila, para despertar dentro de una historia que pareciera la mía.
Buen despertar para todos!
Y mil gracias koalita por iniciar mi domingo!