La vida se nos presenta con
diferentes matices, a veces deslumbrantes y otras veces insignificantes, y no por
ello deja de ser el mejor de los regalos.
Tomar la vida cada día es
una responsabilidad que vamos asumiendo con valentía, con conciencia y con
honor; con el pasar de los años vamos descubriendo la magia que trae el acto de
vivirla.
Cuando descubrimos que la
sencillez de las cosas es lo que verdaderamente le da color a nuestros días,
entonces somos capaces de ver la vida en su verdadera dimensión.
Kilometro 47, un año más que celebro mi existencia, días en los que la vida se ha pintado para mí con sus mejores colores, brillo de arco iris, sin omitir algunas épocas, noches oscuras, que por ser deslucidas se borraron por completo, dando paso a la luz, al brillo de la existencia.
Cumplir 47 años me hace
pensar en todas esas cosas que deseo en la vida, y que al final parecieran casi
nada, pero para mí lo son todo.
Deseo poder ver cada mañana el resplandor de la vida en los ojos de mis hijos mientras ellos estén a mi lado, la ternura de sus palabras nocturnas deseándome un feliz descanso. Deseo que cuando se hayan ido de casa éste sea el recuerdo más dulce y tierno que me acompañe.
Deseo quedarme sin aire a
causa de la risa que provocan los amigos reunidos en amenas tertulias alrededor de una fogata, recordando el pasado, inventando el futuro, repartiendo el gabinete presidencial.
Deseo a mi gato Luna cada
madrugada calentando mis pies, el ronroneo de su corazón, los ronquidos de mi
perrita mientras me acompaña en las noches interminables de lectura, el sonido
de los grillos y el silencio hermoso de cada amanecer.
Deseo la compañía calentita
e incondicional de mis hermanos, los besos que mi madre guarda sobre mi frente,
el instante en el que mi mano es acuñada
dentro su mano, deseo abrazos sinceros y tiernos, esos que los hermanos mayores
le dan a su hermanita menor.
Deseo música en el alma, la guitarra de Rodrigo vibrando en las madrugadas, un
pedazo de cielo en donde escribir mis versos, musas que me quiten el sueño, perderme con las canciones de Serrat y Sabina como
si fuera una trovadora junto a ellos, compartir los libros y un café con Pablo, llorar cuando lo amerite el tiempo,
gritar para vaciar el alma, reír, danzar y cantar sobre la partitura de la vida. Deseo las
notas dulces y sencillas de una cajita de música con su balletista dentro de mi corazón, y cada noche un te amo soñoliento de Fátima, leer los
versos de Benedetti, soñar con las letras del capitán, e irme a la cama con las
novelas de Isabel Allende.
Deseo más inviernos que veranos, caminar bajo la lluvia, gotitas de luz aferradas a los hilos de mi pino, noches estrelladas, lunas rojas y azules, amaneceres en la playa junto a mis amigas, el verde de los arboles que rodean mi casa, las flores del jardín acompañando mis tardes solitarias. Y los pintorescos atardeceres que se guardan en la montaña.
Deseo el gris melancólico del cielo, el azul profundo de las tardes de diciembre y el naranja de los atardeceres de verano.
Deseo chocolate caliente para ver películas con mis hijos, las interminables sobremesas con los sobrinos, historias de familia, cuentos y leyendas que forjan nuestras memorias, deseo navidades con amigos y familia.
Deseo que mis noches
taciturnas sean cortas, silenciosas, como también deseo noches apasionadas,
largas e interminables. Deseo caminar sobre la piel del mundo, viajar con la
imaginación, abrazarme a la ilusión y enamorarme las veces que sea necesario
hasta encontrar el amor.
Deseo el recuentro con
aquellos seres amados que hoy viven lejos, venerar a mis familiares muertos y
honrar a los vivos, brindar por los amigos que murieron, y alzar la copa con
los que aún estamos en el ruedo.
Deseo ver los cafetales y cañaverales en flor, amar esta tierra que me vio nacer, conquistar el mar y cruzar los cielos, ver cada mañana el volcán de San Salvador vestirse de azul, enamorarme de mi ciudad. Comer chorys y pupusas con los amigos e inventarnos un nuevo himno nacional.
Deseo ver los cafetales y cañaverales en flor, amar esta tierra que me vio nacer, conquistar el mar y cruzar los cielos, ver cada mañana el volcán de San Salvador vestirse de azul, enamorarme de mi ciudad. Comer chorys y pupusas con los amigos e inventarnos un nuevo himno nacional.
Deseo seguir conquistando mi libertad, sostener mis convicciones, y ser leal a mis principios, amarme y aceptarme como lo que soy, compartirme con los demás, servir con alegría a quienes me necesiten y buscar ayuda con humildad cuando las fuerzas y el dolor me roben la serenidad. Deseo que mi trabajo siempre recompense mis esfuersos de manera generosa y que nunca me falte trabajo mientras tenga fuerzas para laborar.
Deseo tardes y noches de
café, de té, de cervezas y vino, de amigos y compañeros de camino, deseo
escaparme de mi trabajo para reunirme con las amigas, mujeres que adornan la
vereda del camino, compañeras, cómplices, camaradas, mis hermanas.
Deseo abrigarme en los brazos de mi amante, cantar esa canción de amor que guardamos en el alma, robarle minutos al tiempo, espacio a la distancia, caminar de su mano la orilla del mar, y decirle cada día cuanto le amo.
Deseo abrigarme en los brazos de mi amante, cantar esa canción de amor que guardamos en el alma, robarle minutos al tiempo, espacio a la distancia, caminar de su mano la orilla del mar, y decirle cada día cuanto le amo.
Deseo más que un pan o una sopa caliente sobre mi mesa, la tranquilidad de ganar mis alimentos con el fruto del trabajo, deseo tantas cosas materiales como las necesite, nada que me aparte de mi esencia, que comprometa mi verdad.
Deseo que el tiempo que me
faltan por vivir, me sorprenda cada día y me enamore de la vida con la misma pasión
que lo he hecho estos 47 años.
Todo cuanto deseo pareciera casi nada, pero para mí lo es todo.
Bienvenido sea mi kilómetro
47!
Hola:
ResponderEliminarMe ha encantado tu km 47, tu filosofía de vida, tus deseos, tus anhelos y por supuesto la postura que tienes ante la vida. Sigues con ilusiones pero sin pretensiones, qué hermoso.
Fue un placer haberme encontrado tu blog y con tu permiso me quedo.
Te dejo besos y cálidos abrazos, y por supuesto, un sin fin de bendiciones.
Bienvenida a este tu cafecito de media noche! Y bienvenida a mi Km 47.
EliminarYo también te dejo muchos abrazos cálidos de muchos colores!