Por favor suelte la piedra, y ya
deje de lapidar a los demás.
La semana pasada los muros de
facebook se vieron adornados de una avalancha de críticas, comentarios y burlas
hacia una familia salvadoreña que cometió un error grave contra una periodista
y contra la integridad y seguridad de los automovilistas que circulamos por las
calles.
El evento dio pasó a un
linchamiento moral a la familia Díaz, muchas personas nos rasgamos las
vestiduras condenando el comportamiento violento de la madre de Pablo Díaz, joven que en un acto
irresponsable puso en riesgo la vida de
los demás, al conducir su automóvil a excesiva velocidad.
No es violencia reírnos o
burlarnos de los demás?
Circularon fotomontajes, stikers,
camisetas, canciones, chistes, en fin una cantidad de suvenir que recordaban el
acontecimiento y que enardecían al colectivo social a condenar el hecho.
Sorpresivamente me encontré un día
de estos con una entrevista que un canal de televisión local les hizo a Pablo y
a su madre. Escuche con atención la entrevista, en la cual observé actitudes
que nos muestran la calidad tan baja que tenemos en cuanto a la educación moral
y ética de nuestros profesionales y de nuestros estudiantes universitarios.
Cuando digo profesionales no lo
hago con el afán de meter a todos en el mismo costal, conozco profesionales íntegros, me refiero a
los que no lo son y en este caso única y
exclusivamente al presentador de la entrevista, a quien pude observar con una
sonrisa de burla hacia sus invitados. Tristemente la entrevista se enfocó a
enfatizar el cuento, ahora contado por sus protagonistas.
Por qué el entrevistador no cuestiono a las autoridades competentes que
aun mantienen a este joven temerario del volante con licencia para
conducir? Por qué no cuestiono la
educación moral, la falta de valores y principios que se imparte en los años básicos de las escuelas y colegios de nuestro
país, adónde no solo se debería de enseñar a las mujeres a defenderse de los
hombres, sino también a las hombres a respetar a las mujeres, y digo esto porque Pablo Díaz levanto su mano contra una mujer embarazada.
En la entrevista el Joven Díaz
pidió una disculpa a las mujeres salvadoreñas, nunca se las pidió a la mujer
que golpeo concretamente, una manera orgullosa de pedir disculpas, a mi manera
de ver.
No sé qué año cursa Pablo en la
universidad, pero todo su comportamiento fue un derroche de inmadurez para la
edad cronológica que presenta y la cantidad de años de estudio que parece
tener. No me pareció un niño mimado como se dijo en las redes, tuve la
sensación de estar escuchando a un joven prepotente pero solapado, mas concretamente
un joven agresivo pasivo.
Por otra parte, y he aquí lo
rescatable de la entrevista, veo a una madre totalmente diferente a la que
circuló en los muros de facebook gritando como trastornada a raíz de presenciar el golpe que un camarógrafo le dio a su hijo.
La Señora pidió una disculpa a la
periodista que su hijo había agredido y se disculpó con el país entero, mi
percepción de ella es que fue sincera y honesta al hacerlo, no quiero
justificar el comportamiento de la señora, pero como madre me pregunto: cómo
reaccionaría yo si alguien agrede fuerte e injustamente a un hijo mío, esa
pregunta exactamente me llevó a dejar de pensar qué ella reaccionó de la manera
en la que lo hizo no por falta de educación y es aquí cuando entra la palabra
indignación.
No defiendo a Pablo, pero tampoco
merecía que el camarógrafo lo golpeara, aquí podemos observar que aun está
vigente la ley del talión y es así como nuestra sociedad reacciona a un hecho
violento, tristemente con más violencia.
Ojo por ojo, diente por diente.
El circo fue barato, pan no hay
sobre muchas mesas de las familias salvadoreñas, sin embargo cuando existió la
oportunidad de reírnos de los demás lo hicimos sin evaluar las consecuencias,
se ha linchado moralmente a una familia que perdió su honorabilidad en los
muros de nuestros facebook.
Ahora solo nos queda buscar la
lección de todo esto.
Si usted es padre de familia, por
favor sea responsable a la hora de entregarles a sus hijos una licencia de
manejo.
Eduque a sus hijos e hijas, enséñeles
que no tienen ningún derecho a levantarle la mano a nadie y comience usted como
padre y madre de familia por dar el ejemplo. No a la violencia.
La madre de Pablo como muchas
mujeres de mi generación crecimos en época de guerra, de violencia, es necesario
que aprendamos a vivir la paz desde nuestro interior, a dominarnos ese sentido
de defensa por la fuerza, ahora tenemos derechos, medios y formas de denunciar
sin necesidad de llegar a violentar a los demás. Podemos aprender.
“El respeto al derecho ajeno hace
la paz”
El poder de las redes sociales
sobre nosotros es inminente, por favor
cuide esta arma tan poderosa, haga uso de ella de manera responsable y por
favor medite lo que vaya decir de los
demás, hoy fueron la familia Díaz mañana podemos ser nosotros o los nuestros.
Cómo última reflexión solo le pido
que piense: cómo se sentiría usted si fuera el hazme reír de una nación entera.
Qué siente usted cuando se ríe o burla de los demás? Si usted practica alguna religión, filosofía
o creencia, será que le han enseñado el verdadero significado de la palabra
misericordia?
Por favor suelte la piedra y ya
deje de lapidar a los demás.
Misericordia
f.
Inclinación a la compasión hacia los sufrimientos o errores ajenos:
no cabe misericordia donde hay soberbia.
no cabe misericordia donde hay soberbia.
Sí, la entrevista fue solo para subir el rating aprovechando la notoriedad del cuento. Sin embargo ¿por qué el periodista no cuestiono a las autoridades de tránsito o a la educación? Porque para hacer eso no es necesario tener a los payasos de turno (en eso se convirtió la familia) y no concuerda con el objetivo de esa entrevista, más rating.
ResponderEliminar