Hoy amanecimos con el color de la lluvia, un gris nostálgico teñido de infancia, una brisa cálida que trae el olor de los patios lejanos del campo, aquellos que se visten con el impresionante color de las frutas: mangos maduros, plátano sazón, limones que brillan, y jocotes rojos como llamando al amor.
Días hermosos de invierno, la lumbre nos llama a sentarnos cerca del fogón, para contar historias de días pasados, horas que volaron y jamás volverán.
En la cocina unas manos amorosas preparan con dulzura tarritos con bebidas calientitas, dulces de frutas vertidos en guacalitos de morro, y un suave pan de maíz, son las manos amorosas de la abuela, que pronto se sentara junto a la lumbre a contarnos historias que ha tenido guardadas junto a sus mantillas de encaje que llevaba a misa en las tardes de domingo, en el pueblo aquel adonde soñó tantas veces bajo la lluvia, con el amor.
Una mecedora, cual trono de una reina, balancea las historias de la abuela, le brillan sus ojitos cuando habla del abuelo, del hombre que le enseñó a vivir y a quien ella enseñó a amar.
_Éramos jóvenes los dos_ dice con una voz dulce y tersa, _ han pasado muchos inviernos desde el encuentro aquel, yo caminaba por las calles del pueblo, recién había terminado de llover, un brillo mágico deslumbraba sobre la grama y algunos caballos bebían el rocío con la delicadeza más profunda de su ser. Levanté la vista y el horizonte me lo entregó, él vestía de blanco, sombrero de paja, sus pies descalzos y el rostro lleno de amor.
Cuanto le he amado desde la tarde de lluvia aquella, mis manos tocaron su rostro blanco, casi rosado por los rayitos de sol, sus manos acariciaron el canela de mi piel, no hubo palabra alguna, solo promesas de amor, miradas entrelazadas, ambos sabíamos que iniciábamos una historia que no tendría fin._
La lumbre escucha a la abuela, haciendo crujir la leña y soltando estrellitas de fuego, todos suspiramos deseando tener un amor real, pidiendo al invierno que nos traiga en el canto de las aves la dicha de tener a quien amar.
La noche empieza a llegar, las estrellas asoman tímidas junto a la luna fresca de agosto, noches de temporal.
Entre suaves gotas de lluvia la abuela se queda dormida, buscando en sus sueños al amor de su vida, le acaricia el sonido de unas cuerdas dulces de guitarra, tocada con amor por las suaves manos de un nieto que les ama con respeto y devoción.
Noches de invierno, luz de chimenea, calor de hogar…
Invierno… cuántas cosas bellas me traes, alegras mi pluma para escribir los recuerdos que me hacen volver a vivir….
Versos sembrados en el jardín de la prosa de una poetisa, mujer que se enamora de sus frescos días invernales, mientras mira caminar a las hormigas guardándose de la lluvia para que no las vaya a mojar, días de mujer solitaria, días en que el torogoz despide a las alondras color pardo, que se marchan buscando el sol.
Calor de hogar. Qué bien lo has reflejado en tus palabras. Abrazos
ResponderEliminarOlá passo em seu blog para convidar você a visitar o meu que é dedicado a cultura. De segunda a sexta feira noticiário cultural aos sábados minha coluna poética ás 09 horas da manhã e ás 5 da tarde Chá das 5 sempre com uma participação especial. Irei guardar sua visita lá. Abraços sucesso em seu blog. O endereço do blog é este: informativofolhetimcultural.blogspot.com
ResponderEliminarMagno Oliveira
Twitter: @oliveirasmagno ou twitter/oliveirasmagno
Telefone: 55 11 61903992
E-mail oliveira_m_silva@hotmail.com
A mí el invierno me encanta...
ResponderEliminarBesos, Mayela, guapa!
Que preciosa imagen y que bonitas letras las que has escrito. Casi irreales por su magia y nostalgia
ResponderEliminarUn saludo
Qué bonito lo que has escrito Maye. A veces encontramos fuentes de inspiración, instantes que nos retrotraen a los momentos más tiernos o significativos de la vida. Me quedo con algo que has apuntado entre líneas... quieres alguien a quien AMAR.
ResponderEliminarUn abrazo
es mas facil, atrapar la nostalgia, los días de invierno, atrapados en el calor del hogar, muy bello escrito querida amiga, te abrazo
ResponderEliminarPrecioso relato Mayela, me imagino la estancia, esa cocina, y me dan ganas de estar allí, escuchando a la abuela. Un beso
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ResponderEliminarComienza la semana
y el canto y la brisa
de las encinas invitan
a visitar
las dolientes hojas
que yacen enmohecidas
por la tornasolada melancolía
que el invierno les ha dejado
para que se pose sobre ellas
una emoliente caricia engalanada
por el arco iris de la primavera...
Un beso y mil rosas trepadoras
te dejo, para que te guíen la alegría
los siete días de la semana
es el deseo de esta
que te visita con la primera
aurora de la madrugada...
María del Carmen
PD/Un placer encontrarte por mi casa amiga, si me permites llamarte así desde este momento.
Las puertas las tIENES abiertas para entrar cuando lo desees y puedas, y yo haré lo mismo en la tuya.
Un abrazo de tulipanes.
CHAO!!
Cálido y bellísimo, imagen y frases. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarQue grato momento Mayela, te aseguro que ahora, acá , leyéndote, pude sentirme cobijada al calor de ese hogar y escuché las historias de la abuela!
ResponderEliminarBesitos,
Es tu invierno un suave y cálido aliento al leerlo.
ResponderEliminar;)
Besibrazos.
Muy lindo Mayela, muy lindo y muy dulce, gracias mil :)
ResponderEliminarLigia: Gracias por tu vista y por sentir con estas letras el calorcito del hogar.
ResponderEliminarBesos.
Folhetim cultural: Obrigado pela sua opinião, é uma honra saber que você lê minhas letras, você sempre será bem-vinda.
Lu! El invierno es lo más lindo que la tierra nos puede regalar.
Un beso preciosa, que tenga un bonito fin de semana.
Driada: están escritas con la magia del corazón.
Un abrazo grande!
Chris, como tú lo sabes, la lluvia es mi mayor fuente de inspiración, me hacen recorrer tiempos pasados y me hace soñar con el futuro.
Entre líneas puedo decirte que siempre quiero alguien a quien amar, vivo enamorada del amor.
Un beso chikilla guapa, que tengas un buen fin de semana.
tQ!
Abuela Frescotona, definitivamente la lluvia nos ayuda atrapar los recuerdos más bellos de la infancia y nos los trae cada año con su invierno de bellos momentos vividos.
Un beso.
Isabel, seguro es una cocina rural, pintada con el color de la humildad, llena de ingredientes que solo nacen de unas manos amorosas, yo pudiera pasar horas viendo a la abuela cocinar y atrapar el instante con el humo de nos regala el delicado olor de su cocina.
Gracias bonita por venir a mis letras, espero que todo esté mejor con tu hermano, y que tú estés más tranquila.
Un beso y un abrazo fuerte.
María del Carmen, precioso poema, palabras sentidas en el corazón.
Estas puertas están abiertas para ti también, siempre que desees un cafecito y compañía, aquí estaremos mis letras y yo. Claro que puedes llamarme tu amiga.
Que disfrutes de los días que estarás fuera, sobre todo que descanses. Buen finde para ti también.
Un abrazo.
Emejota: la imagen es tierna y acogedora, gracias por venir a tomar un café entre mis letras.
Soñadora: me alegra tanto saber que mis letras te pueden abrigar y sobre todo darte esa sensación de calidez que solo se vive en el hogar.
Un beso bonita!
Guille, es un honor recibir tus palabras, cuando lo de las letras es tu pasión.
Gracias por venir amigo, un beso.
Andrea preciosa, gracias, ya sabes que este es tu café siempre que lo desees. Buen finde.
Un beso y un fuerte abrazo.