octubre 01, 2015

Aquí está mi mundo.



Cuando su mundo se derrumbe, recuerde que tiene el mío.

Quizás yo no tenga lo suficiente para ofrecerle, pues le recuerdo que no hace mucho pasé una hecatombe. Si usted me dice que vendrá yo limpio los escombros, y prepararé con delicado amor un pedacito adonde podamos compartir lo poco que nos ha quedado. Le ofrezco mis cuatro estaciones, inviernos afanosos y etéreos, y aunque llueva mucho, ninguna tormenta nos estremecerá. Aun quedan incontables abrazos por gastar. Le ofrezco una primavera llena de alegrías, llenar sus ojos de colores tiernos, regalarle el bálsamo de los campos en flor y cielos llenitos de estrellas. Nostalgias de otoño llevo muchas ya guardadas, pero si usted me ayuda las podemos desempolvar y quizás dejar que el viento se las lleve convertidas en mariposas, déjeme que le muestre cómo ésta estación se aferro a mi corazón. Voy abrir las ventanas y a correr las cortinas para que nuestros veranos sean mágicos e interminables, colmaré este espacio de días largos para que nunca nos falte tiempo de tomarnos de la mano.
Tengo una luna para usted, ¿sabe? por ahí dicen que soy mágica, tendremos noches en las que se la voy a desaparecer, pero le dejaré  el cielo y sus estrellas. Le doy mi palabra que no habrá ni un día sin sol, aun cuando las nubes lo escondan, él estará ahí y  yo estaré con usted para recordar le su calidez. Me quedan letras aun, puedo ofrecerle mis versos, y la fantasía de escribirlos sobre su cuerpo. Y como regalo secreto, prometo llevarle a la orilla del mar y ahí fundirnos en un largo beso de amor que le haga sentir que vale la pena entrar en este mundo.  Mientras ordeno para usted, por favor siéntese alrededor de mi fogata,  preparare la luna y mi acto de magia, hoy  le regalare una noche que ni usted ni yo podremos olvidar...     

Cuando su mundo se derrumbe, recuerde que tiene el mío.


© 2015. Mayela Bou