noviembre 19, 2012

Lapidar desde un ordenador.


Por favor suelte la piedra, y ya deje de lapidar a los demás.

La semana pasada los muros de facebook se vieron adornados de una avalancha de críticas, comentarios y burlas hacia una familia salvadoreña que cometió un error grave contra una periodista y contra la integridad y seguridad de los automovilistas que circulamos por las calles.
El evento dio pasó a un linchamiento moral a la familia Díaz, muchas personas nos rasgamos las vestiduras condenando el comportamiento violento de  la madre de Pablo Díaz, joven que en un acto irresponsable puso en riesgo la  vida de los demás, al conducir su automóvil a excesiva velocidad.

No es violencia reírnos o burlarnos de los demás?

Circularon fotomontajes, stikers, camisetas, canciones, chistes, en fin una cantidad de suvenir que recordaban el acontecimiento y que enardecían al colectivo social a condenar el hecho.
Sorpresivamente me encontré un día de estos con una entrevista que un canal de televisión local les hizo a Pablo y a su madre. Escuche con atención la entrevista, en la cual observé actitudes que nos muestran la calidad tan baja que tenemos en cuanto a la educación moral y ética de nuestros profesionales y de nuestros estudiantes universitarios.
Cuando digo profesionales no lo hago con el afán de meter a todos en el mismo costal,  conozco profesionales íntegros, me refiero a los que no lo son y en este caso  única y exclusivamente al presentador de la entrevista, a quien pude observar con una sonrisa de burla hacia sus invitados. Tristemente la entrevista se enfocó a enfatizar el cuento, ahora contado por sus protagonistas.

Por qué el entrevistador  no cuestiono a las autoridades competentes que aun mantienen a este joven temerario del volante con licencia para conducir?  Por qué no cuestiono la educación moral, la falta de valores y principios que se imparte en los años  básicos de las escuelas y colegios de nuestro país, adónde no solo se debería de enseñar a las mujeres a defenderse de los hombres, sino también a las hombres a respetar a las mujeres, y digo esto porque Pablo Díaz levanto su mano contra una mujer embarazada.
En la entrevista el Joven Díaz pidió una disculpa a las mujeres salvadoreñas, nunca se las pidió a la mujer que golpeo concretamente, una manera orgullosa de pedir disculpas, a mi manera de ver.
No sé qué año cursa Pablo en la universidad, pero todo su comportamiento fue un derroche de inmadurez para la edad cronológica que presenta y la cantidad de años de estudio que parece tener. No me pareció un niño mimado como se dijo en las redes, tuve la sensación de estar escuchando a un joven prepotente pero solapado, mas concretamente un joven agresivo pasivo.
Por otra parte, y he aquí lo rescatable de la entrevista, veo a una madre totalmente diferente a la que circuló en los muros de facebook gritando como trastornada a raíz de  presenciar el golpe que un camarógrafo  le dio a su hijo.
La Señora pidió una disculpa a la periodista que su hijo había agredido y se disculpó con el país entero, mi percepción de ella es que fue sincera y honesta al hacerlo, no quiero justificar el comportamiento de la señora, pero como madre me pregunto: cómo reaccionaría yo si alguien agrede fuerte e injustamente a un hijo mío, esa pregunta exactamente me llevó a dejar de pensar qué ella reaccionó de la manera en la que lo hizo no por falta de educación y es aquí cuando entra la palabra indignación.
No defiendo a Pablo, pero tampoco merecía que el camarógrafo lo golpeara, aquí podemos observar que aun está vigente la ley del talión y es así como nuestra sociedad reacciona a un hecho violento, tristemente con más violencia.  

Ojo por ojo, diente por diente.

El circo fue barato, pan no hay sobre muchas mesas de las familias salvadoreñas, sin embargo cuando existió la oportunidad de reírnos de los demás lo hicimos sin evaluar las consecuencias, se ha linchado moralmente a una familia que perdió su honorabilidad en los muros de nuestros facebook.

Ahora solo nos queda buscar la lección de todo esto.

Si usted es padre de familia, por favor sea responsable a la hora de entregarles a sus hijos una licencia de manejo.

Eduque a sus hijos e hijas, enséñeles que no tienen ningún derecho a levantarle la mano a nadie y comience usted como padre y madre de familia por dar el ejemplo. No a la violencia.

La madre de Pablo como muchas mujeres de mi generación crecimos en época de guerra, de violencia, es necesario que aprendamos a vivir la paz desde nuestro interior, a dominarnos ese sentido de defensa por la fuerza, ahora tenemos derechos, medios y formas de denunciar sin necesidad de llegar a violentar a los demás. Podemos aprender.

“El respeto al derecho ajeno hace la paz”

El poder de las redes sociales sobre nosotros es  inminente, por favor cuide esta arma tan poderosa, haga uso de ella de manera responsable y por favor medite  lo que vaya decir de los demás, hoy fueron la familia Díaz mañana podemos ser nosotros o los nuestros.

Cómo última reflexión solo le pido que piense: cómo se sentiría usted si fuera el hazme reír de una nación entera. Qué siente usted cuando se ríe o burla de los demás?  Si usted practica alguna religión, filosofía o creencia, será que le han enseñado el verdadero significado de la palabra misericordia?

Por favor suelte la piedra y ya deje de lapidar a los demás.

Misericordia
f. Inclinación a la compasión hacia los sufrimientos o errores ajenos:
no cabe misericordia donde hay soberbia.

noviembre 18, 2012

Simplemente eternidad

Y aun cuando tu voz ahora me parece extraña
cada noche cuidaré tus sueños.
Todo ahora es tan lejano…
Dejaste de doler para convertirte en
mi mejor historia de amor.
Trascenderemos en estos versos,
que siguen naciendo para ti,
ahora somos un dulce y fugaz  recuerdo,
simplemente eternidad. 


Lapislázuli.

noviembre 15, 2012

MI PEDACITO DE OTOÑO





MI PEDACITO DE OTOÑO

El otoño peregrinó kilómetros de cielo, desde su punto de partida en la ciudad del viento, hasta mis manos que temblaron de emoción por el inesperado encuentro.

Descansó en un suave y sigiloso letargo, entre las páginas de un libro que cuenta historias de días pasados, de amores eternos, silencios guardados.

En mi pedacito de mundo a penas se despide un invierno temeroso, y entre celajes de cielo se asoma de puntillas el verano, pintoresco, engalanado y vanidoso.  

Mágica y amorosamente entre mis dedos se encuentra la magnificencia de las hojas de un lejano otoño, ahora suspendido en el tiempo, atrapado  en el espacio, convertido  en una ofrenda de amistad sincera, en un suspiro, en un deseo, en el sueño del encuentro próximo, del abrazo retenido en la ciudad del viento.

Oculto se queda el otoño, pintará mis noches de color terracota, refrescara mi loco corazón, y mágicamente en este  punto del planeta adonde solo tenemos dos estaciones, yo sabré que eternamente hay una más, solo para mí.
Mi pedacito de otoño! 

Lapislázuli.

noviembre 10, 2012

MI SEGUNDO HIJO YA ES BACHILLER.

"No te olvides, Sancho amigo, de que la sangre se hereda, 
pero la virtud se conquista, y la virtud vale por sí sola 
lo que la sangre no vale."
(Don Quijote)


noviembre 05, 2012

Escribiremos historia.





Escribiremos historia, nuestras conversaciones, un cuento, poesía, tu vida y la mía. Ahora, nuestra vida!
Dictare mis versos cerca de tus dulces labios, pondré mi mano de escribana cerca de tu corazón, para poder sentir tus sueños, tus ilusiones,  tus fantasías, tu dolor.
Escribiré sobre el papiro de tu piel, con la tinta indeleble de este amor que hoy siento por ti, te amaré cada instante de mi tiempo  y  en cada una de las estrellas nocturnas que antecedan  a la aurora. Presagio de nuestros mejores días.  Al encontrarme con tus heridas, tratare de cerrarlas con un verso de amor,  con palabras compasivas que sequen el lamento de los días pasados, con caricias  suaves y tiernos besos que limpien los escombros que un día te dejaron.
Mira mis manos, te las entrego, en ellas los mapas de rutas que puedes transitar sin miedo, sin prisa, tómalas, yo guiare tus dedos. 
Podría morir en ti y volver a renacer, comenzar una nueva historia, volver a conocerte y volver a pertenecerte.

(Máximo Noctem)