febrero 17, 2012

LOS SABORES DE MI TIERRA


Mi ciudad amaneció con el aroma de los  Jocotes de corona y los marañones de azucarón, con un cielo nublado anunciando la llegada de algunas chicharras que entonan su canto vacacional, mi alma danza con esa sensación tan cálida y suave, que solo se encuentra en el contoneo de las caderas de una mujer latina, con ritmo tropical.



Me marca una sensación, como si la arena de mi reloj biológico, iniciara su conteo
lentamente, granito por granito, el calor del trópico nos recuerda que vivimos en uno de los mejores climas del mundo, respiramos un aire dulce entre canela y azúcar morena, en nuestro paladar empiezan a desfilar todos esos sabores a mangos en miel, torrejas, conservas de jocotes, plátano y camote, una dulzura de frutas tan nuestras como nuestra propia identidad.

Algunos árboles del campo se adornan con sus frutos, maravilla de colores, nances amarillos, mangos verdes, jocotes rojos, paternas, cocos, zapotes; otros árboles un poco tardados nos adornan con sus flores, belleza impresionante la del marañón japonés, qué antes de dar paso al fruto nos regala una alfombra color fucsia, para que olvidemos un poco el polvo árido que siempre está bajo nuestros pies.


Al fondo de la ciudad y entre tanta belleza, el volcán de San Salvador, quitándose su ropaje azul de invierno, para desnudarse el alma en un verano caliente y hostil, vestirse con los colores terracota, impresionante regalo de la naturaleza, lleno de vida salvaje,  animalillos silvestres, hogar de los pericos que a las cinco de la tarde nos deleitan con su cantar, manantiales y rocas que cuentan la historia de un centinela que ha cuidado nuestro hogar por milenios.

Mi tierra,  como  mujer que luce una flor en su cabeza, se adorna con los Maquilishuat en flor, en su pecho cual prendedor, lucen los colores del Torogoz, su aroma de caña dulce nos envuelve en la calidez de un trapiche, que muele la ternura de la tierra en una noche de luna llena para entregárnosla en una gota miel al paladar enamorado de la tierra que nos vio nacer.